Hoy día salí a la farmacia y el día estaba parecido a otro que pasó hace mucho tiempo. Puede parecer extraño, pero había algo en la luz, en el olor, en la temperatura. Tuve una sensación parecida en la guata a la que tuve más de un año atrás; no hay vuelta atrás.

Odio acordarme de cosas porque soy una llorona incontrolable. Y como que mi memoria me hace pasar puros malos ratos. Una casa en la playa, salir a buscar frutas a un huerto, caminar por la calle, un restaurant de panqueques, una cama con cubrecamas con estampado militar. Si alguien me hubiera avisado, habría puesto menos empeño en guardarme todas las cosas en el cerebro.

Puede que en un tiempo más me acuerde y piense cada vez menos en eso.