and if my brain quits, well I guess then that's just it

Ha ocurrido una tragedia. Resulta que se me borraron todos los marcadores de mozilla. Ya, no es para tanto, pero para mi es como si a alguien demasiado popular le borraran los números del celular o algo parecido. Algo chico, pero molesto. Tenía categorías, cosas que usaba para la universidad, blogs que me gustaban, artículos que me servían para la zona, en fin, mil cosas. Igual no es para tanto. Para qué más cuadrada.

En fin.

Hoy fui a comer sushi con Paris y Nicole. So 5 years a go. Pero estuvo muy bien.

En la tarde andaba por providencia caminando en modo crucero, cuando de repente veo que hay tres niñitas mirándome. Niñitas de 15 años, a lo más. Una me señala y otra me saca una foto. Las quedé mirando, esperando que alguna me dijera a qué se debía tamaña intromisión en mi vida privada, pero nada. Tampoco les iba a preguntar, así que me puse el gorro de la parca y caminé más rápido. Odio que me tomen fotos.

Hace tiempo que no caminaba así sin tener un lugar al que ir. Al contrario de lo que piensa Paris, SI tengo cosas que hacer de repente. No muchas, en todo caso. Me gusta eso. Odio cuando la gente se llena de cosas que hacer y al final no rinde en uno o más aspectos de la vida. Yo, sentada no más. Contemplativa, relajada, ociosa. Eso es lo mío. La gente ultra ocupada me cae casi tan mal como la gente que hace deporte.

Más tarde este mismo día, vimos a unos escolares tirandose en las piletas de la plaza pedro de valdivia. Al parecer es muy divertido tirarse agua con este frío porque estaban todos muertos de la risa. Unos andaban sin polera, otros completamente empapados, hasta las zapatillas. Yo no sé si habré hecho tantas estupideces cuando era escolar. Tal vez un par, pero nunca nada tan trascendente como tirarme a una pileta de agua en pleno invierno a las 9 de la noche.