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-En Viña, un viejo cuidador de autos se acercó a conversar de la nada. Debo tener cara de simpática cuando estoy de vacaciones, pensé. Me dijo, al final de un largo monólogo, que lo más importante era buscar a alguien que te quiera de verdad. "Búsquese un hombre bueno", me dijo. Prometí buscar, pero encontrar...pf.

-Cosas que me han hecho felíz estos ultimos 4 días: desayunar (nunca desayuno), ver a María y obligarla a hacer todas las cosas que yo no me atrevo a hacer, ese café que está en Valparaíso que no sé como se llama, best congrio ever, que salga el sol a las 6 de la tarde y que más tarde llueva, mi sobrina Valentina, la comida en general, los mozos más guapos del universo, la cantante ronca del bar del hotel, matar zancudos con una converse (mi misión es terminar con todos los zancudos del mundo), las calles llenas de gente por la noche.

-Estaba caminando por la calle y escuché a un padre hablar con su hija sobre las diferencias sociales. Mi papá y yo siempre hablamos de ese tipo de cosas. Además de música, de películas, de las noticias. Siempre el llevandome la contra y viceversa, lo que finalmente lleva a una confusión porque ninguno de los dos acepta que dos personas tan parecidas opinen tan distinto. Lo quiero igual.

-Hablando con M, llegué a la conclusión que mis niveles obsesivos a veces llegan justo a la raya de la locura. Si dijera en voz alta todas las cosas que pienso tal vez sería momento de institucionalizarme, como dice una tía vieja que de joven se casó con un loco que creía ver a no sé qué rey inglés en todos lados.

-Por fin se acaba el horrible, horrible invierno. Celebro por dentro y por fuera el 21 de Septiembre.