un gesto amable no cuesta nada
Ahora que ando en metro todos los días se me ocurren menos cosas que cuando andaba en micro. Ahora que se rompieron los parlantes y se perdieron las pilas recargables no escucho tanta música y no me dan tantas ganas de hacer cosas. Ahora que se supone que falta poco para terminar la universidad, hay que empezar a pensar en qué vamos a hacer pero no he pensado en nada. Ahora que a veces me pagan, debería ahorrar algo, pero me la gasto toda. Ahora que empezó el otoño debería hacer más frío, pero hoy me compré una polera sin mangas.
Hoy en el metro una señora me preguntó como llegar a santa ana y me enredé entera y le dije que mejor le preguntara a un guardia. Estabamos en tobalaba y no era tan complicado.
Ahora que lo uso todos los días, debería saber los trayectos de memoria y poder ayudar a todas las abuelas de santiago. Yo siempre doy el asiento. A veces pienso que si no lo doy, me va a ir mal ese día. Como cuando era chica y pensaba que si no hacía la cama, algo malo iba a pasar.
Ya no espero lo peor. Mejor, como dice C, citar a Nicole. Esperando nada.
3 comments:
hahaha esa c debe ser coni, quien mas diria algo como eso!
te veo mañana en tele
Eso pasa cuando se deja de lado el ocio. Los viajes sirven para pensar huevadas.
Por eso yo retengo mi ociosidad como puedo.
Ser productivo apesta.
Ya, qué adolescente.
Saludos D.
te echamos tanto de menos ayer!
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